¿Si EEUU retirara el embargo comercial a Cuba, esta saldría de su pobreza?

martes, 29 de diciembre de 2009

Cuba. O la nulidad mental del comunista español.



http://www.tuenti.com/#m=Ewvent&func=view_event&event_key=64499459_1244741975


Introducción



Desconozco si por tratarse de un link a un evento de tuenti podréis acceder a él; pero por si acaso os lo resumo: se trata de un documento que defendía la existencia de un envidiable sistema democrático en Cuba. Explicaba su metodología, el secretismo de las votaciones, el libre pensamiento, etc. Los políticos no cobran y por lo tanto no son corruptibles como los españoles; la gente es favorable a Fidel, ... Y que, cómo no, la mala imagen de Cuba como dictadura contraria a las libertades y derechos humanos era producto de los intereses particulares de los medios de comunicación y de Estados Unidos.

La gente dejaba comentarios del estilo: ¡Viva Fidel! o “Deberíamos aprender todos de Cuba, a ver si quitan el injusto bloqueo". Todo esto me llevó a escribir una respuesta, que se fue alargando y que he recopilado y editado en este artículo, dirigido a todos aquellos que ven el régimen cubano como un regímen ejemplar de democracia y valores humanos.


Cuba



Ciertamente tienen razón los autores de este evento: Fidel es muy bueno; por eso tiene a los cubanos en una miseria tan extrema que hay cubanas prostituyéndose por una mísera caja de tampones, o niños que piden a los extranjeros que les compren zapatos porque a ellos no les venden. Tampoco hay presos políticos; los que hay son un mínimo porcentaje. Ni exiliados cubanos. Ni se detiene a la gente por manifestar opiniones en contra de la dictadura. Ni ...

Cuba es el paraíso para los cubanos y Fidel Castro es el padre de la democracia; no como los Estados Unidos, que son unos esclavistas enemigos de los defensores de la paz y la solidaridad Castro y Chávez (otro demócrata hasta los huesos). Además todos los cubanos disfrutan de un sistema de enseñanza buenísimo: todos van gratis a la escuela y les dan todo el material escolar necesario; y todos reciben comida –poca- pero comida al fin y al cabo. Además Cuba exporta médicos (o salen corriendo), no como España y otros malvados Estados opresores que exportan armas. ¡Claro! Los occidentales son unos desgraciados alienados por el consumismo que solo creen vivir en paz y felicidad. ¡Qué equivocados! ¡Los cubanos sí que son felices! Los cubanos, con permiso del monólogo de Alexis Valdés en El Club de la Comedia, practican un consumismo más sano: pasan años y años “consumismo” zapato, “consumismo” pantalón; “consumisma” chabola; etc.


Es más; en todo momento el documento solo habla de “asambleas locales”. Si Cuba fuera de verdad un régimen democrático, ¿No debería permitir a los ciudadanos elegir quién los tendría que gobernar y bajo qué regímen político? Si hubiera democracia: ¿No tendrían acaso que liberarse a todos los presos políticos? ¿No se indultarían a los homosexuales y otros “degenerados”? ¿No se tendría que disolver el cuerpo de policía del régimen por un cuerpo de policía que velara por la seguridad de los cubanos? Claro que sí; pero no se hace porque Cuba tiene de regímen democrático lo que Toqueville de comunista o lo que Bush de pacifista. No se puede llamar democrático, como bien dice el autor de El Observador del Pueblo a “un régimen que se rige por la política de partido único; ¿Qué es la democracia, votar?”.


¿Socialismo o Comunismo?



Por comentarios que he podido leer (aunque sea una pena que la gente piense así) acerca de que el sistema comunista es la solución a todos nuetros problemas; invitaría a sus autores a reflexionar sobre la historia del comunismo: si el comunismo fuera la solución a nuestros problemas, seguramente la U.R.S.S. habría sobrevivido a EE.UU.; los países salidos del comunismo estricto no tendrían unos gobernantes tan inmensamente ricos y unos ciudadanos tan míseramente pobres; y, por supuesto, no habría signos de torturas ni campos de concentración tipo Gulag.


Además, si la mayoría del pueblo apoyara la ideología marxista (como tanto defienden las “juventudes comunistas”), la U.R.S.S. hubiera cumplido con el acuerdo firmado tras la toma de Berlín, en la Conferencia de Yalta, según el cuál las potencias aliadas se comprometían a convocar elecciones democráticas en los territorios liberados de los nazis. Pero claro, ya sabemos todos que los revolucionarios comunistas son omniscientes y que saben mejor que el pueblo lo que es bueno para él, así que para evitar que caiga en el "coco" del capitalismo se ahorraron las elecciones e impusieron su régimen por medio de su ejército. ¿Podría ser quizá porque estaban convencidos del rechazo de la mayoría de la población a su modelo comunista?


A ver si de una buena vez todos aquellos que tanto os hincháis la boca con palabras entusiastas acerca del comunismo, lo estudiáis en profundidad y aprendéis por fin que el comunismo no se asienta en la libertad, sino en la igualdad. Esta es la diferencia básica con el liberalismo: el comunismo ignora la libertad porque su fin último es lograr la igualdad. Es más, si alguien no quiere ser igual, se le tortura para que lo sea, pues lo importante, el fin que justifica los medios, es lograr la igualdad social. ¿Qué libertad puede existir en un sistema que no te obliga ya a tener las mismas oportunidades y ser iguales ante la ley, sino que también te obliga a obtener los mismos resultados? Ninguna. Es imposible mantener en pie un sistema así. La igualdad es una utopía porque existe un sentimiento innato y necesario en el ser humano: el sentimiento de autorrealización, que es individual y distinto para cada individuo.


Sería muy bonito pensar en la humanidad como una herramienta material para lograr el sistema comunista, pero no es así: cada persona es un mundo, no se puede pasar por encima de miles y miles de personas para implantar un sistema utópico que jamás evoluciona más allá de la “dictadura del proletariado”.



Evolución del marxismo-leninismo



Nos centraremos a continuación en aquellos hombres cultísimos que defienden que el sistema de la U.R.S.S no fue comunista, sino socialista. Como ya he dicho antes, la sociedad comunista es la utopía del marxismo; y como utopía que es, es irrealizable. Defendéis que es socialista porque se quedó en la dictadura del proletariado. ¿Acaso esa no es una fase del comunismo? Me parece que lo que intentáis es encontrar una excusa que os permita esconder la miseria que la puesta en práctica de vuestra ideología ha acarreado al mundo. Es mucho más fácil llamar al sistema de la U.R.S.S. “socialista” y al de Cuba “Democracia económicamente hundida por culpa del bloqueo de EE.UU.” que afrontar la cruda realidad; por no hablar de atrocidades como el régimen de Pol Pot en Camboya, o la inescrutable Corea del Norte.

Que el comunismo ha evolucionado es evidente: en la actualidad, cualquier persona con un mínimo coeficiente intelectual no lo defenderá como la revolución del proletariado contra la burguesía que le roba su plusvalía, y no lo hará por dos razones: en primer lugar, porque ha quedado probado que la revolución del proletariado solo trae consigo una nueva clase político-militar que sigue explotando a otra parte de la población, como bien muestra Orwell en Rebelión en la Granja. En segundo lugar, porque la sociedad actual es muy diferente a la de principios de siglo XX. En la actualidad lo que impera es una gran clase social de burgueses, entendiendo como burgués la persona que posee los medios de producción o que puede poseerlos; lo que traducido al castellano viene a decir que es aquella persona que mediante su trabajo puede ganar algo más que lo estrictamente necesario para sobrevivir, y que puede emplear ese excedente (su “plusvalía”) para realizarse como persona. Si un comunista puede comprarse un ordenador y una línea de Internet para autorrealizarse como luchador por el comunismo, es burgués; y un burgués muere en el comunismo; pero claro, esa es otra discusión.


Así, el comunismo ha tenido que buscar nuevos males, que se pueden resumir en los siguientes:


1.- Ecologismo: el capitalismo es malo porque en su carrera por enriquecerse destruye el planeta; lo que le importa es la riqueza, no el futuro ni el desarrollo sostenible. En este aspecto es de elogiar lo poco que contamina Cuba (claro, sin industria ni apenas actividad económica Estados Unidos tampoco contaminaría).


2.- Consumismo: actualmente lo que aliena al ciudadano no es el burgués, sino el sistema capitalista que le obliga a consumir constantemente productos innecesarios para que no reflexione sobre la miseria del mundo. Es intrínsecamente malo, porque además de alienar al consumista con una ficticia felicidad provoca que el Tercer Mundo sea cada vez más pobre. No olvidemos que el comunismo deja a todos los países que han pasado por sus manos en unos niveles inmejorables de economía y calidad de vida (solo hemos de observar Ucrania o Rusia en 1989).


3.- Globalización: esta se divide en muchos aspectos, que trataré en un futuro artículo; de momento me centraré en los Estados Unidos de América como símbolo de “todo lo malo”. No es malo porque busque la asociación entre Estados para combatir males comunes como el terrorismo islámico (y digo islámico porque el internacional en este momento es islámico) u otros intereses; ni tampoco por ayudar a Rusia a recuperarse de la penosa situación provocada por su sistema comunista; ni por ayudar a la Europa destruida tras la Segunda Guerra Mundial a reconstruirse. ¡Nooo! Es malo porque lo que busca es implantar su modo de vida y sus ideologías al resto del mundo para conseguir el Gran Imperio de los Estados Unidos A las personas que opinen así, las invito a volver a reflexionar sobre la Historia: que yo sepa, Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial no se anexionó las naciones liberadas como hizo la URSS, sino más bien fue el culpable de que Europa se reestructurara bajo el régimen democrático que impera hoy día. Además, Estados Unidos es uno de los países más proteccionistas y de una identidad de pertenencia nacional más fuerte y reservada del mundo. Si de verdad hubiera querido conquistarnos, lo hubiera hecho hace más de 20 años, así que a ver si en vez de criticarlos tanto por su bloqueo a Cuba empezáis a agradecerles su ayuda tras la Segunda Gran Guerra.


4.- Feminismo y libertad sexual. Este es un aspecto muy interesante que muchos comunistas defienden: el respeto a los homosexuales. Y digo que es curioso no porque me parezca raro, sino porque justamente en regímenes tan "democráticos" como Cuba son marginados y encarcelados.


5.- Laicismo. Aquí no tengo nada que comentar, es igual que en el marxismo original: al ser una doctrina materialista es absurdo respetar nada espiritual.


Para mí lo ideal sería una comunidad anárquica; pero como eso es otra utopía me centro en el régimen que más derechos y libertades individuales proporciona: el Estado del bienestar del sistema neo-liberal de la democracia actual. En otro momento reflexionaré sobre las limitaciones de la intervención estatal, pues si es demasiada se puede transformar la democracia en un sistema totalitario.


Conclusión



La inmensa mayoría de los que en la actualidad se declaran comunistas no tienen ni pajolera idea de lo que es el comunismo ni de lo que defiende: confunden la libertad con la igualdad y la democracia con el electoralismo. Se preocupan por el Tercer Mundo desde sus portátiles y charlan de lo malo que es Estados Unidos y lo poco comprometidos que somos los demás, mientras beben y fuman porros, o toman una copa de sobremesa en el jardín de sus chalets.

Recurren a típicos tópicos desfasados sobre la maldad innata del empresario que busca despedir al empleado y no se dan cuenta de que el empresario lo que desea es poder tener a muchos empleados, ya que si los tiene seguramente será porque el negocio vaya tan bien que no lo pueda llevar él solo. Se tragan todo lo que el gobierno español les dice y ven con buenos ojos a Chávez o Fidel, mientras que a Aznar, que no ha matado a nadie, lo ven como un despiadado déspota genocida.


Hipócritas es lo que son. Inmaduros que buscan desahogarse de su sentimiento de culpa por el camino más fácil: mostrándose solidario con los pobres y el Tercer Mundo. Claro, es más fácil levantarse un buen día, vestirse con una camiseta con la hoz y el martillo y salir a la calle gritando: “la sociedad es injusta”; “los medios nos manipulan”; y otras chorradas más; que trabajar duro para acumular poder y fortuna, y una vez establecido, luchar de verdad por el comunismo.


Estaría satisfecho si mis palabras hubieran servido a algún ignorante para que reflexionase sobre sus ideales; pero me parece que lo más que voy a lograr es que alguien se sienta insultado y se cabree conmigo y me llame fascista. Peor para él.



El Actor Con Dignidad.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Renacimiento; redefinición de mi blog.



Yo. Yo he sido actor, esgrimista, duelista, bachiller; niño y adolescente; bebé y universitario; amigo y enemigo. He sido de ciencias y de letras, he fumado y bebido; he luchado, he soñado y he follado. Me he besado con gente de varias razas. He renunciado a la escuela donde más tiempo pasé en estos últimos años por no venderme a una líder sectaria, y he perdido muchos amigos por ello. He sufrido la traición de uno de mis mejores amigos del Johnny por una enana subnormal y me he asombrado ante la lealtad de otro pidiéndome permiso para liarse con una tía con la que yo no tenía nada más que amistad. He descubierto lo mejor y lo peor de la raza humana: he recibido cariño de gente a la que escupiría y he visto a amigos asesinar la lealtad de sus compañeras mintiendo descaradamente en su contra frente a un tribunal.

Soy un hombre dogmático: me guío por mi Código de Honor, que ráramente ignoro. Es un código de honor semejante al de grandes caballeros como Alatriste, D’Artañán o El Conde de Montecristo. Os podéis reír, pero es así. Me baso en el respeto al otro a la vez que repudio la ignorancia y la mala educación. No soy un hombre muy sociable debido a que una de mis reglas es aborrecer la hipocresía; y no os engañéis: nuestra sociedad es una sociedad que se forma por lazos ficticios de hipocresía pura.

Soy anárquico liberal con tintes dictatoriales: respeto la libertad individual por encima de cualquier condición de igualdad más allá de la legal; pero repudio a la gente que no es lo suficientemente madura como para ejercer su libertad con responsabilidad. Acepto la democracia como el sistema que permite mayor libertad al ser humano; pero me parece un crimen no ya que el voto del tonto valga lo mismo que el del listo; ¡sino que el de dos tontos valga el doble que el de un listo!

En mi vida he hecho grandes proezas: de pequeño me empujaron contra el suelo de la piscina de Los Olivos y mi cara se rayó contra el suelo de cemento unos decímetros. He luchado con espadas roperas y bastardas y sostenido en mis manos un auténtico sable turco. He aguantado burlas de niñatos acerca de mi peso, mis gafas, mi lentitud al hablar, etc., pero me han resbalado por dos motivos: mi mente y mi altura. He consagrado mi vida a dos actividades: la Esgrima y el Teatro; y me quedo en primer lugar con la Esgrima. La Esgrima es como una mujer: o la repudias o te enamoras de ella hasta tal punto que nunca la puedes abandonar. El teatro es una vía de escape y de expresión de mi cuerpo, pero por desgracia está saturado de parásitos infra-personas.

En el Johnny me hice célebre rápidamente; asombraba a algunos y asustaba a otros muchos. En primero me creé mi personaje de Katarsis: Johnny, con su fiel compañero Jaimito: era un payaso gótico embutido en ropa negra y pinchos, con un consolador; buscaba acabar con las hipocresías sociales, y de paso ayudarme a vencer mis dificultades de relacionarme físicamente con el otro en escena. Para meterme más en el personaje, compré en la librería de la residencia el Kamasutra normal, gay y lésbico; así como uno de reflexología y tantra; y salía de noche a las salas comunales a leerlos con Jaimito (el consolador) a mi vera. También fue célebre el día que, antes de aprender a maquillarme yo solo, bajé al comedor embutido en mi personaje y luego pillé un taxi (dudo que el taxista se olvide de mí).

Siguieron en rápida sucesión varias escenas inolvidables: en cierta ocasión mi amigo médico Mario pidió una deliciosa Telepizza, y fui capaz de llegar hasta su cuarto (habitación 445) andando de rodillas. Tal hazaña solo se superó cuando borracho de orujo de brujas irrumpí en el cuarto de unas novatas (me confundí de cuarto) y en vez de pronunciar un “lo siento” emití un ruido gutural. Desde entonces durmieron siempre con la puerta bajo llave.

Mi carrera concluyó un día de febrero de 2007, en el que me convertí en leyenda urbana en Cristina Rota: hice mi momento privado. Un momento privado consiste en hacer en escena algo que te dé una vergüenza mortal; así que lo que hice fue lo que nadie se atrevió a hacer: me masturbé. Sí señores, me masturbé, y no me dieron ningún premio como a Juan Echanove; solo recibí el aplauso de mis compañeros y la felicitación de mi profesora.

Mi etapa en el Johnny (donde entre otras cosas perdí la virginidad, en una cama donde al poco que te despistabas, podías causar unos tremendos chichones) mis veranos en Peñíscola y mi etapa en esa secta llamada Cristina Rota concluyeron en el curso 2009-2010. Me mudé a un cómodo estudio y me alejé de los actores y las malas influencias; el único vínculo que conservo es el club que montó mi compañero Damián. De mis amigos actores solo conservo a Gonzalo, un “valençiá” de pura cepa; y a otros pocos cuyo nombre no desvelo por no meterlos en problemas (parece una paranoia, pero visto lo visto mejor no arriesgarse). Extraño la danza y los masajes, así que me conformo con mis pilates y mis carreras en el CEU.

En la Universidad llevo una vida muy tranquila; bueno, la llevaba. El CEU es relajante; la faena es que la asistencia sea obligatoria; porque en muchas ocasiones ir a clase es innecesario. Lo cierto es que es una carrera que se puede sacar con media de notable preparándosela unas horas antes de los exámenes. Lo positivo es que te enseñan a pensar: en esta profesión la nota da igual; lo que importa es saber desenvolverte, encontrar y potenciar tu talento. Mi clase es una clase llena de buenas personas (bueno, casi llena): algunas son demasiado vagas pero inteligentes; otras demasiado inseguras pero trabajadoras, y otras…, en fin; otras.

Todo iba bien; pero claro; yo soy El Actor con Dignidad; y como actor con dignidad que soy mi tarea en esta vida es destacar, quiera o no, y sobresalir de la masa. Digamos por el momento que mi grupo nunca nos olvidará; o que al menos nunca olvidará la palabra terrorismo, pero eso es otra historia.

Y aquí estoy yo; y este es mi blog, un blog que ya no va a tratar sobre actores con dignidad; sino sobre las reflexiones de El Actor Con Dignidad, o séase, Yo. Escribiré lo que necesite expresar al mundo. En ocasiones con un lenguaje complejo, otras con uno periodístico; pero siempre con el vocabulario que yo considere oportuno; y si escribiendo alguien resultara herido, por favor que me lo diga y no dudaré en corregirlo, o en discutir sobre cualquier tema con esa persona.

Muchas gracias; un saludo a todos. Aquí empieza mi aventura.